En un adelanto importante para las pruebas farmacológicas, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) han inventado un “cuerpo en un chip” capaz de albergar hasta diez “órganos” humanos.
El “chip” contiene tejidos que suministran los pacientes y que pueden generar hígado, pulmón, intestino, endometrio, cerebro, corazón, páncreas, riñón, piel y músculo esquelético, informó el boletín de prensa. También existe la posibilidad de elegir unos cuantos tejidos y crear un chip de tres o cuatro órganos. El chip no solo puede utilizarse para probar el efecto de un fármaco en el órgano blanco, sino que también permite observar cómo afecta a otros órganos relacionados.
Los investigadores de MIT publicaron un artículo donde describen su invento en la revista Scientific Reports.
Antes de lanzar un medicamento al mercado, las compañías farmacéuticas tienen que probar su producto en humanos. Y antes de usarlos en humanos, tienen que probarlos en animales. Sin embargo, las pruebas con animales no son perfectas; además de costosas, conllevan muchas complicaciones éticas, y su eficacia puede ser inferior a la deseada. Los animales no siempre responden a los fármacos de la misma manera que las personas, y diferentes animales a veces responden de distinta manera. Linda Griffith, profesora de ingeniería que dirigió el proyecto, dijo a New Scientist que, en su opinión, el modelo de chip podría eliminar por completo las pruebas con animales.
Las inmunoterapias, en particular, están diseñadas para interactuar, de manera específica, con el sistema inmunológico humano, de suerte que las pruebas con animales no producen datos confiables sobre la eficacia de esas terapias en humanos. Así mismo, los ensayos clínicos humanos pueden verse comprometidos fácilmente, debido a que distintas personas presentan diversas respuestas a los fármacos, ya sea a causa de su química natural o por sus hábitats. Llegará el día en que un chip estándar se convierta en un complemento o en una prueba alternativa rápida, de bajo costo, eficaz y segura para utilizarse durante los ensayos clínicos en etapas iniciales.
No obstante, este modelo también es imperfecto, pues el cuerpo humano funcional contiene muchos componentes adicionales a las células de los órganos albergadas en el chip, el cual no incluye grasa ni sangre funcionales, y tampoco puedes preguntarle cómo se siente con distintos medicamentos. “Estamos muy lejos de tener un ‘humano real en un chip’”, dijo Griffith a New Scientist. “Esto es apenas una representación mínima de un ser humano”.